Tigre tiene infinidad de propuestas que lo hacen un lugar permanentemente renovado. Cuando se decide hacer una escapada de último momento nos encontramos con variedad de museos, paseos de compra, gastronomia, espectaculos, paseos en barcos, abundante verde y exceso de agua que garantizan el esparcimiento, además del ocio y el descanso del cuerpo y el alma.
Un destino vigente por siempre, sea invierno o verano, con el sol brillando o las nubes encapotando el cielo y esa magia que envuelve a quién decida llegar a esta localidad del Delta.
Tenía unos días libres. ¿Qué hacer?. Decidí no viajar muchos kilómetros y por medio de Airbnb alquilé un departamento en un piso 16 con una vista inmejorable a dos cuadras de la Estación Fluvial.
Durante estos días encontré un Tigre con pocos visitantes, disfruté de la pasividad en la que se desarrolla la vida cotidiana y recorrí despreocupada sus calles y paseos.
Llegué hasta el Paseo de Los Antojos, conformado por unas cuatro cuadras sobre Avenida Liniers tomando como punto de partida el centro comercial Punto Tigre. Los locales que se ubican a lo largo de este paseo ofrecen una variedad en gastronomía para todo tipo de paladar. Alguno de ellos brindan show de música, meditación o encuentros literarios. El recorrido tiene su encanto tanto durante el día como por la noche.
No faltó “la tarde de mates” junto al clásico Paseo Victorica, el encantador malecón bordeado por el ajetreado río Luján, con el paso constante de lanchas, botes y catamaranes por este canal céntrico del Delta, la vista de las islas que se ubican en frente al paseo, los clubes de remo, la variedad de bares y restaurantes que invitan a disfrutar de las tarde o las noches a orillas del agua.
En frente, en la otra orilla del río Luján, sobresale el imponente Club de Regata “La Marina”. Su construcción data de 1876, cuenta con un predio de 25.000 m2 donde se practican diversas actividades deportivas además de remo y canotaje, tales como: natación, fútbol, vóley, básquet entre otras. De allí salieron orgullo olimpicos como: Horacio Podesta y Julio Curatella en Berlín 1936, Eduardo Guerrero en Helsinski 1952 y Alberto Demiddi en México 1968 (Bronce) y en Munich (Plata).
Captó mi atención la esquina que ocupa la antigua mansión donde se ubica el Hotel Villa Julia (Av. Victorica 800) construida en 1906 por el Ingeniero Maschwitz como residencia de verano. Este hotel cuenta con un bar y un agradable restaurante que ofrece servicio en el jardín con vistas al río, para disfrutar de alguna comida o café.
Continuando mi recorrido llegué hasta el Museo Naval de la Nación (Av. Victorica 602). Cuenta con seis salas que exhiben la historia naval de la Argentina y en su jardines se encuentra el Parque de Artillería y Aviación, donde se exhiben unidades aeronavales y algunos restos de barcos.
Al final del paseo Victoria aparece el monumental Tigre Club, o Tigre Hotel como lo llaman algunos porteños, ya que en el pasado eran dos edificios vecinos. El Tigre Hotel se construyó en 1890 fue un símbolo de la aristocracia de la época. Luego de sufrir un incendio en la década del ´30 y tras el abandono fue demolido en 1940. En 1912 justo al lado del Tigre Hotel es inaugurado el Tigre Club, centro social y recreativo. Allí comenzó a funcionar en la planta baja un casino con la primer ruleta del país y en la planta alta, un espectacular salón oval, era el salón de baile. Hoy, en lo que fuera el Tigre Club, funciona el Museo de Arte de Tigre (MAT), con exposiciones de pintores argentinos de los siglos diecinueve y veinte.
Por supuesto me dí una panzada con la tranquilidad y los escasos visitantes para recorrer a mis anchas el tradicional y antiguo Puerto de Frutos (Sarmiento 160), ubicado a orillas del río Luján. Este gran mercado al aire libre distribuido en tres dársenas coloridas y únicas cuenta con puestos de frutas, flores, objetos de talabartería, cestería, productos realizados en madera de pino y variedad de artesanías. Fuera de las tres dársena el mercado continúa variedad de locales: restaurantes, galerías con venta de objetos para decoración, vivero, entre otros.
Llegar hasta Tigre es tener la posibilidad de realizar un recorrido en catamarán o lancha colectivo apreciando los canales desde adentro, su verde paisaje, ver abundancia de aves, encontrarse en un ambiente relajante, es la oportunidad de ver cómo se desarrolla otra forma de vida en Argentina.
Sin duda Tigre es un destino siempre actual, lleno de actividades para quién llegue.
COMO LLEGAR
Distancia: se encuentra a 32 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
Tren – existen dos ramales y estaciones:
- Ferrocarril Mitre: el viaje tiene una duración de 50 minutos desde la estación Retiro y deben bajar en la estación Tigre (la última)
- Tren de la Costa: bajar en estación Delta (la última)
- Pueden combinar el Ferrocarril Mitre con el Tren de la Costa si así lo desean. Esto se realiza en la estación Mitre.
Colectivo: existen numerosas líneas dependiendo de donde lleguen. El 60 es el más recomendado desde la Ciudad de Buenos Aires. Inicia su recorrido en Constitución y el viaje tiene una duración de 90 minutos aproximadamente. Pueden tomarlo en cualquiera de sus paradas
Auto: se accede por la Panamericana Ramal Tigre (con peaje) o por la Avenida Libertador. Si van un fin de semana les sugiero ir temprano en la mañana. Salir antes de las 10am para evitar el tránsito de salida de los fines de semana.