Boeing vive una crisis inédita tras los dos accidentes de este modelo que causaron casi 350 muertos por fallos en el sistema informático. Los reguladores mundiales le prohibieron volar hasta comprobar su total solvencia.

Boeing comienza a esperanzarse de salir de esta crisis por dos motivos.
En primer lugar esperan recibir la certificación del regulador estadounidense en el mes de diciembre, después de completar las revisiones del software exigidas. Esto le permitiría comenzar la entrega de los aviones a sus clientes a comienzos del año que viene y que todos los aviones parados comiencen a volar nuevamente ya con el software actualizado.
Por otro lado, el 737 MAX fue uno de los protagonista del salón aeronáutico de Dubái este martes. Varias compañías aéreas han anunciado sus planes de ordenar hasta cincuenta de estos aparatos por valor de 6000 millones de dólares, a pesar de permanecer anclados en tierra en todo el mundo desde el pasado marzo.
Veremos cuánto demora en despegar nuevamente Boeing como empresa tras un 2018 2019 para el olvido.





























